
Mantener una dieta equilibrada.
Como rezaba el título de aquel programa, somos lo que comemos. La ingesta elevada de azúcares fomenta la creación de ácidos en la placa bacteriana que dañan el esmalte produciendo la caries, es importante consumir alimentos de todos los grupos.
Evita el alcohol y el tabaco.
Te lo habrán repetido muchas veces, además de otros efectos nocivos más conocidos, tanto el alcohol como el tabaco dañan el esmalte y amarillean los dientes al mismo tiempo que producen lesiones en las encías.
Higiene bucal diaria.
Es muy importante realizar el cepillado de los dientes tras cada comida. Podrás pensar que es de perogrullo, pero es la pura realidad. Lo primero es cuidarse, si no, hasta las recetas milagrosas acabarán cayendo en saco roto.
Recuerda cepillar todas las superficies de los dientes, así como la lengua, con un cepillo manual o eléctrico de cabezal pequeño y accesible a todas las zonas y filamentos suaves para no dañar las encías y completar la limpieza con la seda dental.
Corrige la malposición de los dientes.
Unos dientes mal alineados aumentan la probabilidad de caries además de ser un problema estético y funcional. La ortodoncia es algo más que una bonita sonrisa, el alineamiento de las piezas dentales contribuye a prolongar la vida de tu dentadura.
Visita a tu dentista periódicamente.
Aunque a nadie le gusta acudir a la consulta del dentista, prevenir la caries es la mejor manera de que tus dientes permanezcan siempre en perfecto estado.
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Dra. Alejandra Sánchez
Fuentes: gaceta dental, dentaid, colegio de odontólogos, web dental